El Shin Bet, la agencia de seguridad interior del Estado de Israel, se ha estado ocupando desde el pasado año de un grupo radical de jóvenes judíos mesiánicos, quienes estarían conspirando con el objetivo de derrocar al actual Estado de Israel y reemplazarlo con un «Reino Sagrado». Con el fin de cumplir con su objetivo, están dispuestos a sacrificar sus vidas y no tienen ningún problema en matar a otros.
Resulta así que el Shin Bet ha estado lidiando con un nuevo fenómeno radical, violento y repulsivo, que ha superado los límites conocidos. Estamos hablando de un grupo de jóvenes judíos, que ha adoptado un común denominador ideológico, anti-sionista, fanático y anárquico, tratando de destruir el «estado de los sionistas» (esa es su terminología) y establecer un Reino Santo en su lugar. El Shin Bet los ve como una organización terrorista a todos los efectos, que está socavando violentamente los cimientos de la sociedad israelí.
Lo que ocurrió en el pueblo de Duma no fue una operación desagradable de las conocidas cómo «precio de etiqueta» con las que nos hemos familiarizado, que pretende vengarse contra los árabes por sus ataques y nunca llegaba a cometer asesinato.
El asesinato en Duma caracteriza la percepción ideológica y operativa del grupo. No fue un acto de venganza, sino una dirigida a encender un conflicto entre el pueblo, encender el fuego en la región y derribar el régimen sionista que está «retrasando la salvación.» Con el fin de cumplir con su objetivo, los miembros del grupo están dispuestos a sacrificar sus vidas y no tienen ningún problema en matar. Es un pequeño grupo que lleva a cabo ataques terroristas particularmente duros, como parte de su perspectiva revolucionaria.
Este grupo se compone de decenas de jóvenes, algunos de ellos menores de edad. Los mayores son de 22 o 23 años. Vienen de todas partes del país y no tienen características únicas, aparte del hecho de que todos ellos han dejado a sus familias e instituciones educativas y viven en las colinas de Judea y Samaria. Ellos no tienen un punto de asentamiento permanente. Más bien, se mueven de un lugar a otro.
Su doctrina operacional se puede encontrar en un documento escrito por Moshe Orbach de Bnei Brak, y su ideología se centra en atacar puntos débiles de la sociedad israelí con el fin de crear el caos y acabarla.
Ellos tienen marcados cinco puntos potencialmente explosivos: Encender un conflicto en el Monte del Templo, desterrar a los no judíos (incendiando casas de árabes), la eliminación de la adoración de ídolos (quemando iglesias), la coacción religiosa y socavar el sistema de gobierno. No utilizan armas de fuego por ahora. Crean provocaciones y no dudan en matar – un paso adelante respecto a la actividad «precio de etiqueta», que se centró en la propiedad.
Su primera operación conocida fue en diciembre de 2014, cuando trataron de incendiar una casa en el sur del Monte Hebrón. El Shin Bet detuvo a los autores, pero fueron puestos en libertad bajo restricciones administrativas. En febrero de 2015, atacaron una Iglesia en Belén, y en julio incendiaron la iglesia de Tabgha. Cinco fueron detenidos, pero sólo dos fueron procesados. Moshe Orbach fue acusado.
El grupo fue localizado por el Shin Bet, decenas de sus miembros fueron llamados a «charlas de disuasión», y algunos de ellos estaban sujetos a restricciones de movimiento y tienen orden de pasar las noche en su casa. Algunos incluso fueron retirados de la zona. Pero sin pruebas jurídicas claras, fueron puestos en libertad.
Sólo este año, el Shin Bet ha frustrado al menos tres ataques terroristas planeados por este grupo – pero sólo un número muy pequeño de acusaciones se han presentado a la luz de las restricciones a la capacidad de la Shin Bet de cuestionar a los civiles.
El Gabinete de Seguridad autoriza medidas contra terroristas judíos
El minigabinete de seguridad israelí ha aprobado una serie de medidas «para detener a los responsables (del último ataque donde falleció un bebe palestino) y evitar actos parecidos». La medida más importante, por ahora, es que extremistas judíos sospechosos podrán ser detenidos sin saber los cargos o sin ser juzgados. Otra medida sería autorizar a los servicios de seguridad a realizar interrogatorios más duros para sacar información de los sospechosos.
«El número de terroristas judíos es muy inferior al de los terroristas palestinos pero deben tener el mismo trato», afirmó un ministro israelí al diario español El Mundo.
De esta forma, Israel podrá aplicar en determinados casos la llamada y polémica «detención administrativa». Se trata de un arresto basado en alguna fuente que delata a alguien que estuvo o está vinculado a un atentado. Israel, que considera su detención «básica para la seguridad», no presenta los cargos ni la fuente para no «quemarla». Según publicaba hace unos días el diario ‘Haaretz’, 391 palestinos se encuentran actualmente bajo «detención administrativa».
En una medida promovida especialmente por el ministro de Defensa, Moshé Yaalon, extremistas israelíes podrán ser detenidos incluso si aún no hay pruebas concluyentes sobre su relación con agresiones contra palestinos que suelen centrarse en ataques contra campos, casas o mezquitas.
Antes de la reunión del minigabinete y tras condenar el ataque de Duma, Netanyahu anunció: «Nuestra política respecto a estos crímenes es de tolerancia cero. He dado instrucciones a los organismos de seguridad y Justicia para que usen todos los medios legales para detener a los asesinos».
Netanyahu lanzó una dura crítica al liderazgo palestino: «Nosotros deploramos y condenamos a los asesinos. Les perseguiremos hasta el final. Ellos (palestinos) ponen a las plazas los nombres de los asesinos de niños. Es una diferencia que no podemos esconder».
Fuentes: Yediot Ajaronot – http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4686905,00.html Traducción Hebreos.Net – Diario El Mundo