A menos de cuatro días de las elecciones, y cerca del tiempo límite permitido para la difusión de encuestas en Israel, la cadena de telecomunicaciones HOT publicó un estudio en el que destacan dos datos: Likud sería el partido más votado, aunque todo el ala derecha no llegaría a formar una coalición de gobierno sin sumar la representación de otros sectores del mapa político.
Con más de 3.000 encuestados a través de una aplicación diseñada especialmente para este tipo de relevamientos, la empresa de cable e Internet publicó sus estadísticas minutos antes del inicio del shabat y pronostican una Knesset – Parlamento – compuesta de la siguiente manera:
Likud (Netanyahu): 33
Kajol Lavan (Gantz-Lapid): 32
HaReshimá HaMeshutefet (partidos árabes): 11
Israel Beitenu (Liberman): 9
Iahadut HaTorá: 8
Shas: 7
Iamina (alianza de derecha): 7
HaMajané HaDemokrati (alianza de izquierda): 5
Avodá-Guesh: 4
Otzmá Iehudit: 4
OPINIÓN: Una mirada sobre las elecciones en Israel
Por Shraga Wilk*
Los desafíos a los cuales la sociedad israelí se enfrenta en estas elecciones abarcan distintos ejes. No es como en Argentina, donde principalmente están el eje social y el económico. O como en España, que además del social y económico, está el referido a Cataluña. En Israel tenemos cuatro ejes: el conflicto árabe-israelí, la economía de izquierda-derecha, el eje religioso-laico y la integración de los árabes como ciudadanos plenos o no.
Cada partido tiene en su ideología una referencia a cada uno de los ejes, que implican muchas combinaciones. Uno puede ser de izquierda desde el punto de vista del conflicto árabe-israelí y de derecha económicamente hablando. También podría ser de derecha en cuanto a lo religioso, pero de izquierda en cuanto a lo civil. La divergencia es muy grande y eso genera que haya una gran diversidad de partidos.
Este escenario complica la posibilidad de hacer coaliciones. Los partidos tienen la tarea de tratar de redondear un cuadrado. Se intentan incluir todos los ejes en una sola idea de gobierno. Por eso, la situación es difícil y los sectores están tan segmentados. Las coaliciones no terminan siendo claras o naturales. Hay contradicciones y acuerdos dependiendo de los ejes, convirtiendo a las coaliciones en alianzas muy frágiles.
Dentro de los ejes, hay algunos que la población considera más importantes, porque no existe ningún partido que acople exactamente las ideas de cada ciudadano.
El Gobierno de Benjamín Netanyahu tuvo muchos éxitos en algunos aspectos y en otros no. Pero también, la crítica está dirigida a la cantidad de tiempo que lleva el mismo primer ministro en un país democrático. Se cree que hay que renovar y darle oportunidad a nuevas figuras, nuevos pensamientos. Por lo cual, se crea un quinto eje: Netanyahu sí o no.
¿Por qué Israel no ha podido crear dirigentes superadores a Netanyahu?
Dicen que la democracia es el mejor sistema entre los peores. Es decir, no es un sistema perfecto. Y en los últimos tiempos, la democracia llevó a que absolutamente todo se elija. Los partidos escogen dentro de sus miembros a los que los dirigen. Cuando los partidos tenían un sistema con una comisión que designaba a sus integrantes, reclutaban opinión a personas de la academia o egresados del ejército. Pero hoy en día, mucha gente muy capaz se retiró de los partidos, por sus incapacidades de poder hacer campañas populares. Hoy en día, los dirigentes no son aquellos más capaces, si no los más habilidosos para hacer campaña política. Así se bajó el nivel de los dirigentes y se creó una generación en dónde falta compromiso real.
No por ello se pierden las esperanzas de que poco a poco se pueda lograr un equilibrio, entre los dirigentes de antes y los de ahora. Una generación de líderes que puedan combinar ambas cosas: hacer campañas populares, pero también ser capaces.
*Shraga Wilk es representante para América Latina de la Organización Sionista Mundial
Fuentes: Ynet español – Iton Gadol – Agencias