Si bien no ha habido declaraciones oficiales contra ningún país concreto, en Israel si se han hecho claros reproches a «Europa» tras los viajes a Irán del vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel; el viceministro suizo de Exteriores, Yves Rossier; los ministros de Exteriores de Francia, Laurent Fabius, e Italia, Paolo Gentiloni, éste acompañado por la ministra de Desarrollo Económico, Federica Guidi, y la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini.
«Estamos viendo a todos los líderes mundiales corriendo a Teherán ahora», señaló, molesto, el ministro de Interior israelí, Silván Shalom, en un encuentro con un grupo de periodistas internacionales.
La misma visión mostró Dore Gold, director general del Ministerio de Exteriores israelí, que criticó en un encuentro con la Asociación de Prensa Extranjera en Jerusalén que los países europeos «se estén empujando unos a otros para hacerse con grandes contratos con Irán, mientras Irán continúa comprometido con un genocidio contra Israel».
El pacto nuclear, advirtió «es un mal acuerdo que pone en peligro a Europa y pone en peligro a Israel».
«Los últimos viajes demuestran que, para algunos países, los intereses económicos son la primera prioridad. Particularmente los países europeos: quieren el negocio. Podemos entender la lógica, pero el problema es el mensaje que mandan a Irán de que lo importante es solo el negocio y no lo que pasa detrás», dijo a Efe el portavoz de Exteriores israelí Emanuel Nahshon.
«A largo plazo, el hecho de que ahora todos los ministros y empresarios corran a Irán manda al régimen iraní el falso mensaje de que, con dinero y contratos, el mundo estará dispuesto a aceptar cualquier conducta por su parte» y eso, advierte, «podría contribuir a una desestabilización de toda la región».
El hecho de que ahora se firmen negocios importantes con el régimen de los ayatolás es, según Israel, un grave riesgo no solo ahora sino también en el futuro, porque debilitará la fuerza con la que los gobiernos beneficiados lidien con posibles rupturas iraníes del pacto nuclear alcanzado con el G5+1, en virtud del cual se levantarán las sanciones internacionales.
«Debido a contratos importantes, cuando los iraníes lleguen a una línea roja tendremos una miopía diplomática», prevé Nahshon.
En lugar de una línea roja, asegura, habrá muchas líneas pequeñas rosadas cuya violación no justifican un acto claro por parte de la comunidad internacional.
«Los iraníes saben que, al final del día, los países europeos privilegian el negocio y estarán dispuestos a aceptar infracciones debido a los intereses económicos. El riesgo está ahí», señaló.
Sobre las declaraciones que los europeos hacen en Teherán en materia de derechos humanos y de la necesidad de erradicar el terrorismo y la violencia, Nahshon opina que «son solamente mensajes para que nadie diga que no lo han dicho, y nada más».
Israel ve en el ansia de negocio de Europa una explicación, tal vez no al pacto nuclear en sí, pero si a la celeridad con la que se ha llevado a cabo, algo que también atribuyen muchos analistas a la necesidad del presidente de EEUU de apuntarse un tanto en política exterior.
Pese a las críticas israelíes, Europa parece tener clara su posición: el próximo septiembre se espera que lleguen a Irán de los ministros españoles de Exteriores, José Manuel García Margallo, Fomento, Ana Pastor, e Industria, José Manuel Soria, y delegaciones económicas de Francia, Suecia y Reino Unido.
Fuente: Radio Jai