Dos palestinos abrieron fuego y utilizaron un cuchillo este martes 13 de octubre en un autobús, en el distrito Armon Hanatziv de Jerusalén, matando a dos israelíes e hiriendo a 16, por lo menos seis de ellos seriamente. Hombres armados les dispararon, muriendo uno de ellos y el otro resultando herido. Este fue el primer ataque terrorista con armas de fuego de la actual ola de violencia. En el centro de Jerusalén, y en cuestión de minutos, un palestino lanzó su coche contra un grupo de peatones que esperaban en la parada de autobús Malchei Israel. Luego saltó del coche para apuñalar a las víctimas. El rabino hasídico Rabí Yeshayahu Krishavsky Z»L, de 60 años, quien se dirigía a su lugar de estudio murió en el hecho. Otros resultaron heridos antes de que el asesino fuera muerto a tiros.
La pareja que atacó el autobús, confesó más tarde haber tratado de apoderarse del autobús para tomar a los pasajeros como rehenes o asesinarlos.
Anteriormente, cinco israelíes resultaron heridos en Raanana, al norte de Tel Aviv, tras dos ataques con apuñalamiento por parte del mismo terrorista.
En otros hechos murieron Jaim Habib Z»L de 76 años y una tercera persona aun sin identificar. En total, a la mediodía del martes tres israelíes habían sido asesinados y 27 heridos.
Portavoces de la Policía admitieron que los dos ataques de Jerusalén se sincronizaron y se prepararon deliberadamente, a diferencia de los anteriores «lobos solitarios». Todos los asesinos venían del distrito Jebal Muqaber de Jerusalén, y uno trabajaba para Bezek, la mayor compañía de telecomunicaciones de Israel.
Dos enlaces de la carretera de Jerusalén – Rtes 1 y 443 – fueron cerrados brevemente al tráfico en ambas direcciones debido a que las fuerzas de seguridad temían que coches sospechosos con objetivos terroristas fueran a mezclarse con el tráfico interurbano.
Esta nueva oleada de apuñalamientos palestinos en Jerusalén se inició después de que un árabe israelí de Umm al-Fham lanzara su coche y luego apuñalara a cuatro israelíes en el centro de Israel, colocando a los árabes israelíes en el mismo sendero de violencia sangrienta que el de los palestinos, mientras que a la vez ese mismo sector lanzaba una huelga general en contra de Israel el martes.
Los líderes de la comunidad árabe-israelí (aproximadamente algo más de una décima parte de la población de Israel), y que incluye a sus miembros electos en el parlamento, se han embarcado en una huelga general para este martes 13 de octubre, a la que seguirá este miércoles una performance de los diputados árabes en Al Aqsa, acompañados por una bandada de periodistas israelíes e internacionales.
Estos diputados y pirómanos tienen un montón de micrófonos donde proclamar lo mal que son tratados y, sobre todo, donde seguir difundiendo sus habituales y demostradas falsedades, como por ejemplo las «profanaciones israelíes en la mezquita musulmana de Al Aqsa«, las cuales han proporcionado a los palestinos su emblema más evocador y unificador en la mayor parte del siglo pasado.
Hace setenta y nueve años, el 19 de abril, 1936, cuando Facebook, las televisiones y el Estado de Israel eran realidades muy lejanas, el Alto Liderazgo árabe de Palestina declaró una huelga general que rápidamente desencadenó en ataques terroristas contra los judíos y los británicos, evolucionado hasta convertirse en la Gran Revuelta Árabe.
Por aquel entonces el lema de guerra para la movilización también era «La mezquita está en peligro«, todo ello para activar a su gente para que «quemara un millar de edificios en Tel Aviv». Cuando hubo terminado en 1939, 600 judíos, 200 funcionarios británicos y 5.000 árabes habían muerto, y muchos de este último grupo lo hicieron por peleas o diferencias tribales intestinas.
Ese mismo grito de guerra ha seguido siendo utilizado desde las campañas palestinas de terror. La «Intifada Al Aqsa» convocada por Yasser Arafat el 1 de octubre de 2000 vio el primer uso intensivo de los ataques suicidas de terror, costando la vida a 1.178 israelíes y a 50 extranjeros, con 8.022 heridos civiles. Los palestinos tuvieron 3.333 muertos y 30.000 heridos, siendo bastantes de ellos auto-infligidos.
El lunes la violencia comenzó en la Puerta de los Leones, donde los guardias fronterizos policía detuvieron a un palestino que actuaba sospechosamente. Sacó un cuchillo y apuñaló a uno de los hombres de la policía. La hoja rebotó en su chaleco antibalas y el terrorista fue muerto a tiros.
Al mediodía, una mujer terrorista infligió heridas moderadas a otros dos oficiales de la Guardia de Fronteras enfrente de la sede de la Policía Nacional, en el norte de Jerusalén. Ella fue detenida mediante disparos y seriamente herida.
Poco tiempo después, más al norte, en Pisgat Zeev, dos terroristas trabajaron en tándem en una calle. Derribaron a un niño israelí de 13 años de su bicicleta y lo apuñalaron. Él aún está luchando por su vida en el hospital Hadassah, en el Monte Scopus. Uno de los terroristas atacó a un segundo israelí, causándoles grandes heridas de arma blanca. La policía acudió al rescate y detuvieron su violencia por disparos. Uno de los atacantes, de 16 años, murió a causa de los disparos. Su compañero en el ataque tenía apenas 13 años y se encuentra internado en un hospital israelí en estado moderado.
El agresor de Umm al-Fahm, Ali Riad Ahmed Ziwad, de 20 años, quien tuvo que ser contenido por la policía y los transeúntes la noche del domingo, asumió un aire de inocencia sorprendida después de su detención. «Fue sólo un accidente de tráfico», dijo, después de lanzar su coche contra unos paseantes judíos, hiriendo críticamente a un joven de 19 años de edad, y tras atacarles de nuevo esta vez con un cuchillo hirió gravemente a una niña israelí tras apuñalar a otros tres.
Esta actitud de negar los hechos es típica de la táctica palestina de asumir el papel de víctima después de cometer violentos atentados terroristas.
El analista internacional y director de Hatzad Hasheini, Gabriel Ben Tasgal, comentó en Radio Jai – una emisora judía de Buenos Aires – la creciente ola de ataques palestinos en Israel y aseguró que el gobierno de Mahmoud Abbas es el responsable: «No se puede enseñar el antisemitismo, el odio a los judíos y después salir a decir que no tienen nada que ver con estos atentados». Además, afirmó que los palestinos necesitan llamar la atención del mundo nuevamente: «Hoy en día, el foco está puesto en Siria y los refugiados».
En resumen, sólo en 13 días Israel sufrió 27 ataques terroristas, en los cuales murieron 7 israelíes y más de 40 resultaron heridos.
HEBREOS.Net
Fuentes: Debka – Safed Tzfat José Antonio