El gesto, evitado durante décadas por otros mandatarios y condenado por la Autoridad Palestina, puede interpretarse como el reconocimiento tácito de la soberanía israelí en el lugar más sagrado para el judaísmo.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se ha convertido este lunes en el primer jefe de Estado que visita el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén acompañado del primer ministro israelí de turno, en este caso Benjamín Netanyahu. Otros mandatarios, como Donald Trump, prefirieron ver a solas el lugar más sagrado del judaísmo.
Otros mandatarios, entre ellos los ex-presidentes norteamericanos Barak Obama, Bill Clinton o George W. Bush lo incluyeron en sus itinerarios pero a título privado o mientras eran candidatos. Ninguno lo visitó estando en el cargo, ni acompañado del primer ministro hebreo de turno.
El Muro de los Lamentos es el último vestigio en pie de la plataforma sobre la que se levantaba el Templo de Herodes, destruido por los romanos en el año 70 de la era común y que reemplazó al templo de Salomón, que destruyeron los babilonios en el año 587 antes de la Era Común.
Reglas no escritas que rompió el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo -que visitó el lugar el pasado 21 de marzo acompañado del primer ministro israelí- y que ha roto ahora el presidente Bolsonaro.
La Autoridad Nacional Palestina, que invitó a Bolsonaro a visitar los territorios ocupados, pero no obtuvo respuesta, condenó el gesto del brasileño. “Tanto la apertura de la oficina económica como la visita al Muro, en el marco de la agenda oficial en Israel, constituyen una violación de la legalidad internacional sobre Jerusalén. El dirigente de un país tan importante debería construir sus relaciones sin dañar a los palestinos ni los intereses de sus países árabes”, aseguró a un diario español Nabil Shaat, asesor en política exterior del presidente palestino, Mahmud Abbas.
Fuente: AGENCIAS